

Aún no ha llegado la noche y estás agotada. Y eso que tampoco has hecho tantísimas cosas. ¿Por qué te sientes tan cansada? Hay muchos factores de los que no somos conscientes y afectan a nuestra energía. Hacemos un repaso de los más importantes.
La frustración de las tareas infinitas
En primer lugar, en términos generales, llevamos una vida frenética, repleta de tareas que nunca terminan. El primer paso para terminar la semana y no morir en el intento viene de nosotros mismos. Se trata, simplemente, de ser menos exigentes, evitar las listas infinitas de cosas por hacer. Vale, algunas son imprescindibles pero ¿estás seguro de que lo tienes que hacer todo el mismo día? Lo único que vas a conseguir es una sensación tremenda de frustración cuando llegue la noche. Hay que ser más flexible con uno mismo.
Las pantallas
¿Cuántas horas al día le dedicas a la pantalla? A la del móvil, el ordenador, la televisión, la Tablet… Incluso cuando ya estás relajado estás mirando una pantalla. Tienes que saber que la luz que emiten perjudica tus ojos y altera tu sistema nervioso. Lo ideal es que cambies un rato en el que estarías mirando la pantalla por salir a caminar, correr o tomarte un café con un amigo. ¡Hay mundo más allá de la tecnología!
Falta de sueño
Aunque duermas por las noches nuestro sueño es a veces muy irregular. Para poder conciliarlo y descansar profundamente se aconseja cenar poco y dedicar algo de tiempo al ejercicio antes de acostarse. Ponte tu ropa de deporte más cómoda y ¿qué tal si pruebas con el yoga? Para descansar de forma correcta es imprescindible establecer rutinas de sueño.
Falta de algunos nutrientes
La alimentación juega, indudablemente, un papel muy importante en la energía que tienes. Muchas veces, te sientes cansada porque tienes alguna carencia de nutrientes en tu dieta. Apunta: el magnesio, el hierro y la vitamina D son tus grandes aliados. ¿Dónde los puedes encontrar? En las espinacas, lentejas, garbanzos, frutos secos y pescados grasos como el salmón y el atún.