

Lo hemos visto en la televisión, en conciertos, en centros de baile, en discotecas y ¡en la calle! El twerking no es algo nuevo, pero tampoco una moda pasajera. ¿Se trata de un baile, de un movimiento? ¿Por qué es tan polémico? Hablamos de su origen y de su popularidad.
Origen en África
Para empezar, hay que aclarar algo: el twerking no es solo mover el culo ¡es mucho más! Se trata de una disciplina de baile que se ha popularizado a partir de la cultura bounce, un estilo musical cercano al Hip Hop. Se vincula con el movimiento LGBTQ+ de la ciudad de Nueva Orleans. Sin embargo, su origen está en África, inspirado en sus danzas tradicionales. A pesar de que hoy tiene una connotación sexualizada, el origen del baile, similar a la danza “baikoko mapouka” no tiene nada de provocación, lo bailan tanto hombres como mujeres, niños y niñas. Su popularidad en Occidente ha añadido connotaciones peyorativas a la disciplina.
Estrictamente, el twerking es un movimiento de caderas hacia adelante y hacia atrás. Las manos se colocan sobre las piernas, las rodillas se flexionan y se mueve la pelvis enérgicamente de manera continua y repetitiva provocando un rebote en los glúteos.
Beneficios del twerking
Como cualquier ejercicio físico, tiene beneficios para el organismo ¡Los repasamos!
- Mejora la fuerza y la flexibilidad: se fortalecen los músculos de la cadera y los glúteos.
- Quema calorías: es un ejercicio cardiovascular que puede ayudar a quemar hasta 400 calorías en una sesión.
- Mejora el equilibrio y la coordinación: se trata de movimientos continuados y repetitivos en una posición que pone a prueba tu equilibrio.
- Libera endorfinas: y, por lo tanto, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo ¡es un baile muy divertido!
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